¿Por qué utilizar especies silvestres?

¿Por qué utilizar especies silvestres de procedencia local?


La mayoría de las mezclas de semillas que se ofrecen en el mercado, las cuales se utilizan en la mayor parte de las revegetaciones, no están adaptadas a las condiciones extremas de montaña ni a las condiciones bioclimáticas de los Pirineos. Sus debilidades o los riesgos asociados a estas especies, se delatan rápidamente:

  • cubiertas vegetales poco duraderas;
  • la necesidad de grandes dosis de semillas y fertilizantes;
  • competencia con la flora silvestre local que puede provocar desapariciones locales, con un riesgo mayor cuando las especies introducidas están adaptadas a las condiciones ecológicas de zonas de montaña, pero proceden de otras áreas montañosas;
  • riesgos de hibridación con la flora silvestre, pudiendo conducir a una pérdida de adaptación a las condiciones edafoclimáticas locales;
  • cambios en las comunidades vegetales, alterando el conjunto del ecosistema.


Por lo tanto, se recomienda restaurar los hábitats naturales con especies silvestres de procedencia local. Estos ambientes naturales se caracterizan por condiciones geológicas, edáficas y climáticas, así como por la flora y fauna asociada. Al promover un alto nivel de interacción entre estos elementos interrelacionados, el empleo de especies de procedencia local permite relanzar de manera más efectiva el funcionamiento dinámico de los sistemas suelo-planta restaurados.
Para reproducir una vegetación similar a la que existía antes de la perturbación, es necesario, por lo tanto, introducir las especies estructurales de las comunidades vegetales naturalmente presentes en el área afectada.

Desde finales de la década de 1980, los científicos han evidenciado el interés de las semillas de procedencia local de zonas de altitud para el éxito de la revegetación y para la integración ecológica y paisajística de las áreas afectadas por obras. Se han llevado a cabo numerosos experimentos, especialmente en los Alpes alemanes, austriacos, italianos, franceses y suizos.
Al estar mejor adaptadas a las condiciones de la montaña (clima, geomorfología, suelos), contribuyen especialmente a:
  • formar cubiertas vegetales duraderas y diversificadas,
  • recuperar las interacciones entre especies, microorganismos y fauna del suelo (mejora de las propiedades físico-químicas de los suelos y reciclaje de nutrientes),
  • recrear asociaciones entre especies cuyo funcionamiento es cercano al de los hábitats naturales
  • alterados,
  • preservar la flora local limitando los riesgos de competencia e hibridación ligados a la introducción de especies exógenas.


Desde un punto de vista económico, el empleo de especies locales permite:
  • reducir las necesidades de semillas y fertilizantes,
  • garantizar una mayor permanencia de la nieve gracias a la cubierta vegetal,
  • limitar la erosión,
  • mantener la calidad y cantidad de los recursos forrajeros de altura,
  • preservar la estética de los paisajes.

La ficha 1 de esta guía describe con más detalle qué se entiende por semillas de procedencia local y las regiones biogeográficas de las que proceden.